Aristóteles es un adolescente enojado con un hermano en la cárcel. Dante es un sabelotodo que tiene una forma poco común de ver el mundo. Cuando los dos se conocen en la piscina, parecen no tener nada en común. Pero cuando los solitarios comienzan a pasar tiempo juntos, descubren que comparten una amistad especial, del tipo que cambia vidas y dura toda la vida. Y es a través de esta amistad en donde Ari y Dante aprenderán las verdades más importantes acerca de ellos mismos y el tipo de persona que quieren ser. El escritor multipremiado, Benjamin Alire Sáenz, explora la lealtad y la confianza entre dos jóvenes que están aprendiendo a ser adultos en un escenario fronterizo tan mexicano como estadounidense. Juntos deberán crecer al mismo tiempo en que se adaptan a una sociedad que también está búsqueda, identidad

Datos

Título: Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo
Autor: Benjamin Alire Sáenz
Editorial: Planeta
N° de Páginas: 326

Opinión

Ya perdí la noción del tiempo y no recuerdo exactamente hace cuánto que quería leer este libro. Pensé que nunca lo traerían en español y que moriría sin poder leerlo. Luego sucedió que si lo trajeron pero no podía comprarlo. Y por último, llegó a mis manos hace unos días, para mi cumpleaños ya que la loca de Luz, de La Nerd Escondida, me lo regaló. (Te voy a estar eternamente agradecida) Se suponía que no debía leerlo, tengo un montón de novedades y libros para la facultad pendientes pero, sin embargo, comencé a ojearlo y no pude resistir la tentación. 

Me cuesta demasiado escribir esta reseña. ¿Qué contar? ¿Qué decir? ¿Por qué quiero gritar spoilers a los cuatro vientos? ¿Qué me pasa? No sé. Voy a tratar de dar lo mejor de mi y hacer una reseña coherente.

Sabía poco de la historia antes de empezar a leer ya que me auto-prohibí leer reseñas de este libro para no desmotivarme, pero de todos modos tenía las expectativas muy altas. Puedo decir que las superó, demasiado. Fue una experiencia maravillosa. 

Aristóteles es un chico quince años, con ascendencia mexicana que no tiene una vida muy emocionante y conoce a Dante en el verano cuando este le ofrece enseñarle a nadar. Entre ambos se crea una relación de amistad única y especial. Los dos tienen algunas cosas en común y varias en las que no coinciden, pero eso es lo que hace tan especial y hermosa esta relación. Del argumento no puedo contarles demasiado sin irme por las ramas, aunque tengo muchas ganas de hacerlo. Necesito descargar todo lo que siento y no puedo porque les arruinaría toda la historia. Así que me voy a abocar a los aspectos técnicos y esas cositas para olvidarme de lo otro. 

Como todo libro contemporáneo juvenil (desde J. D. Salinger, pasando por Stephen Chbosky hasta John Green, entre otros) posee un argumento sencillo, fácil de entender pero que trae demasiada carga sentimental detrás. Sólo algunos pocos logramos decodificar esto y logramos que estos libros no pasen sin pena ni gloria por nuestras vidas, sino que se conviertan en los mejores que leímos. 

Benjamin Alire Sáenz toca temas que no leí en ningún otro autor y nos presenta unos personajes extremadamente verosímiles con características bastante peculiares que los hacen únicos. Con esto no sólo me refiero a los protagonistas, Aristóteles y Dante, sino también a los personajes secundarios y a sus padres, personajes que son pilares fundamentales en el desarrollo de la obra. 

Ari es un chico normal pero que no tiene amigos, no se relaciona con nadie y tiene sus motivos. Es el menor de cuatro hermanos y esta brecha generacional lo separa de sus hermanas, y algo más lo separa de su único hermano varón. Con sus padres mantiene una relación extraña pero ellos lo adoran, lo sobreprotegen y esto se puede ver a lo largo de la obra. 

Dante en cambio aparece como alguien flexible, simpático y que se amolda a todas las situaciones, se lo presenta por oposición, como si fuera todo lo que Ari no es: sabe nadar, es sensible, es simpático, etc. Esto es lo que más me gusta de esta relación. Ellos dos pueden parecer diferentes, personas completamente opuestas pero se acoplan de manera perfecta. Son una especie de ying-yang bien logrado, algo que no encuentro con frecuencia. 

La narración está en primera persona y a cargo de Aristóteles. Es una narración amena, divertida, fresca y muy llevadera. Comencé a leer una página y quise leer otra, y otra más, y otra y otra y otra más. Es un libro adictivo y como pasa con toda adicción, cuando no obtenés suficiente, sentís abstinencia. Eso es lo que me pasó. No pude pasar un día sin leer un capítulo. 

La pluma del autor es magnífica, preciosa, deliciosa, estupenda. Todas las palabras me parecen pequeñas, insuficientes para describirlo. Me fascinó. Tengo que aclarar que no sólo la narración y las descripciones son magníficas, sino también los recursos que emplea, como la anticipación, las comparaciones, las metáforas. Aristóteles y Dante descubren los secretos del universo es un libro maravilloso, un conjunto de pequeñas cosas hermosas que hacen de esta historia una de las mejores que leí durante el año. 

Me sentí muy cercana a los personajes. Hacía tiempo que esto no me pasaba. Los últimos libros que leí no tenían este tipo de personajes y mantuve cierta distancia, en cambio, con esta historia me pasó todo lo contrario. Me encariñé con ellos, los amé y al verlos crecer y madurar me sentí feliz, triste, contenta, enojada; pasé por todas las emociones habidas y por haber. Estoy demasiado extasiada con el realismo de los personajes. Me encontré recordando mis primeros años de adolescencia –que si bien no pasó hace tanto, los siento lejanos- y como me sentía, como veía el mundo, qué era lo que me fascinaba y que era lo que temía; me encontré leyendo frases y sintiendo que alguien me entendía, que alguien sabía cómo es ser adolescente, cómo es estar solo y cómo es crecer. Pocas veces siento esto y estoy agradecida de haber conocido esta historia. Ojalá la hubiera conocido hace unos años atrás...

Sé que no es una de mis mejores reseñas porque mi lado fangirl me nubla el cerebro pero espero que les haya gustado. 

Calificación: