¡Voy en busca de un gran quizá! Miles se siente fascinado por estas ultimas palabras del escritor Francois Rebelais. Aburrido de su monótona existencia, inicia su propia búsqueda y se muda a Alabama para terminar la preparatoria en el internado Culver Creek. Ahí, su recién descubierta libertad y sus nuevos amigos, Chip, Takumi y Alaska, lo lanzan de lleno a la vida. Tiene experiencias nuevas y cada vez esta mas interesado en la enigmática e impredecible Alaska. Sin embargo, una inesperada enseñanza le mostrara la cara negra del Gran Quizá, mientras reverberan en el otras ultimas palabras que lo llenan de incertidumbre, las de Simón Bolivar, "¿Como voy a salir de este laberinto?"

¡Gracias a Penguin Random House por el ejemplar!

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Opinión

Hace uno o dos meses comencé a leer Buscando a Alaska en digital porque creí que no iba a tener la suerte de tenerlo en físico, pero en ese entonces me resultó aburrido el comienzo y no lo seguí. Fue este mes, cuando me enteré que llegaría al país que le di una segunda oportunidad y fue sin dudas lo mejor que pude haber hecho. 

Quien lee este blog y me conoce debe saber que John Green es sin dudas mi autor contemporáneo favorito. Amo cada una de sus obras (llevo cuatro de seis y no hay margen a error) y cada vez que leo una novela de su autoría o en su defecto, cada vez que releo una de sus novelas, me maravilla, me fascina, me sorprende página a página. Seguí el camino inverso en la lectura de sus novelas y aun así el resultado es magnífico. 

Estoy haciendo esta reseña a dos días de haber terminado la lectura de este libro pero aún sigo en shock, estoy atravesada la tan conocida entre nosotros, resaca literaria. Simplemente no puedo dejar de pensar en esta novela, en todos los puntos a favor que tiene, en todas las sensaciones que provocó y causó en mí. Simplemente no puedo –pero voy a tratar. 

La historia es sumamente sencilla pero no por eso tiene que ser simple. Como en todas las novelas de John Green la narración está a cargo del protagonista, en este caso Miles Halter, quién toma la decisión de cambiar de secundaria yéndose al internado Culver Creek dónde su padre también fue alumno y toma esa decisión porque siente que debe ir en busca de un Gran Quizá. Miles es un gran apasionado de las últimas palabras de personas emblemáticas y es de las últimas palabras de Francois Rebelais que saca esa idea del Gran Quizá. Al llegar al internado, conoce a Chip Martin –mejor conocido como El Coronel- y gracias a él conoce a una chica común pero diferente, emblemática, misteriosa... Conoce a Alaska Young. La historia transcurre en torno a la vida de Miles en el internado, a las travesuras, a los problemas que estas les ocasionan, sus clases, etc. 

Para comenzar a enumerar las cosas que amé –porque no sólo me gustaron, sino que las amé-, voy a hablar de la sencillez característica de las obras de John y obviamente presente en su primera novela. La sencillez es una palabra que puede caracterizar varios aspectos de Buscando a Alaska y que le da el peso suficiente para ser una novela deslumbrante. La narrativa de Green es sencilla, con un lenguaje simple, común e incluso vulgar en algunos diálogos porque recordemos que los protagonistas son jóvenes en pleno apogeo de sus vidas; al ser tan sencilla puede que algunos aspectos se pasen por alto, por eso hay que saber leer entre líneas. Hay muchas referencias al desenlace final que sólo las lograremos entender cuando descubrimos que sucede. Cuenta con muchísima intertextualidad con biografías y libros que se van nombrando así como también con bases de algunas religiones que son nombradas en algunos capítulos ya que Miles tiene una clase dónde estudian distintos tipos de religiones, otro detalle que no se debe pasar por alto. Podemos encontrar momentos graciosos, de humor negro inclusive que nos sacan más de una carcajada. 

Siguiendo la línea de la sencillez pero siguiendo a su vez con mi enumeración, llega la historia. Como nombre más arriba, no estamos frente a la trama más rebuscada y complicada de la literatura universal, no señores, pero no por eso deja de ser magnífica. La historia peca de sencilla ya que nos cuenta cómo vive Miles esos meses en el internado, como va cambiando su forma de ser, pensar y actuar al encontrar amigos de verdad. Muchos quizás tilden esta novela de incorrecta, lo cual a mí me parecería incorrecto, valga la redundancia. ¿Por qué lo harían? Por la cantidad de veces que podemos leer que los protagonistas fuman, beben o quiebran las normas del internado. Pero he ahí la esencia de Buscando a Alaska, la esencia de la adolescencia y de los jóvenes...

Los personajes están perfectamente construidos. Son personajes comunes, cotidianos, normales, adolescentes como cualquier otro con ocurrencias, vivencias y dolencias típicas. John Green no recae en el tópico del adolescente deprimido, sino que sus personajes salen a vivir a la vida, cada uno a su manera, pero lo hacen y son las diferencias entre los protagonistas que nutren de una riqueza indescriptible a esta novela. Si bien Alaska, Miles, Chip, Lara y Takumi tienen similitudes entre sí en sus conductas, son muy opuestos en otras. Adoré a todos, incluso a El Águila, el decano de alumnos del internado, ya que podemos ver sus dos caras en el transcurso de la novela (un hombre fuerte pero cuando algo lo afecta, lo afecta en serio). 

A pesar de no conocer mucho más de lo que nos cuenta Miles de cada uno de ellos, podemos conectar con ellos. En lo personal, conecté muchísimo con Alaska, me gustó muchísimo su accionar, su forma de pensar y su manera de expresarse. Me sentí identificada en algunas cosas de su forma de ser, así como también logré comprenderla, para su gran disgusto... 

Es un personaje único e irrepetible, de esos que entran a tu vida para jamás salir de ella, que te marcan a fuego algún mensaje o enseñanza que llevarás para siempre con vos. Sus expresiones, su manera de ser, de conducirse, de vivir la vida a su manera y disfrutar cada minuto, hicieron que la ame. Tal vez tiene mucho que ver la narración en primera persona y como Miles podría idealizarla pero no creo que sea tan así ya que se puede ver de manera objetiva a Alaska en ciertas ocasiones clave. 

La estructura de la novela está dividida en dos partes, de las cuales no voy a hablar en detalle porque si lo hiciera me emocionaría a tal punto de no parar con esta reseña y terminar diciendo cosas que no debería. Ustedes me entienden... Creo. 

Esta novela no es una historia de amor, no es una comedia, no es un romance explícito, no es una tragedia, no se puede encasillar en un solo género. Hay que leerla para disfrutarla, sentirla y quizás amarla también. Es una historia acerca de la búsqueda interior de nosotros mismos y acerca de la amistad, los valores y el compañerismo. Es una historia que habla de amor sin ser de amor. 

Espero que la lean y le den la oportunidad que se merece. Es fascinante. 

Calificación:

Pero el tren en que viaja es atacado, y durante la confusión Tiffany aprovecha la oportunidad para adoptar la identidad de la nueva ama de llaves de su padre, lo que le permitiría vivir con el progenitor al que nunca ha visto y evaluar su auténtico carácter, y también el del vaquero vecino con el que está comprometida...

¡Gracias a Ediciones B por el ejemplar!

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Opinión

Hace fácil dos años que no leo una historia romántica de este estilo, que estén situadas en el Oeste estadounidense, con vaqueros y todo lo que esta zona incluye. Fue un reencuentro maravilloso con este género sin dudas, además de que también tenía ganas de leer algo de Johanna Lindsey ya que había leído varias opiniones acerca de sus novelas y todas eran muy buenas. 

La sinopsis me atrapó desde que la leí, me parecía interesante e incluso original. Que una chica mimada, acostumbrada a todos los lujos tomara esa decisión tan drástica –la de hacerse pasar por la ama de llaves que su mismo padre había contratado- me resultó muy poco común en las historias de este tipo y quería saber que peripecias tendría que enfrentar y ver cómo lograría salir airosa de las mismas. 

Tiffany vivió en Montana hasta los tres años, cuando su madre decidió irse a Nueva York sin decirle nada a nadie, huyendo por motivos que en el transcurso de la historia se conocen. Es por esta razón que ella no tiene ningún recuerdo del poblado de Nashart, ni de su propio padre. Sin embargo, durante los años en los que ella vivió en Nueva York, sus hermanos si la visitaban y es por eso que siente muchísimo rencor con respecto a su padre, ya que siente que nunca le interesó. Ese es el gran detonante que lleva a una muchacha consentida de dieciocho años a hacerse pasar por Jennifer Fleming, el ama de llaves que su padre contrata cuando el tren en el que viaja es asaltado por bandidos y la verdadera Jennifer Fleming decide no seguir el viaje. 

A pesar de ser una adolescente consentida que todo lo que quería lo tuvo, es una pequeña mujer que aprende en este viaje a descubrirse a sí misma y a lo que la rodea, aceptando riesgos y dejándose llevar por impulsos, descubriendo que es lo que realmente quiere en su vida y debatiendo en su fuero interno qué es lo que realmente la hará feliz. Una situación no esperada es lo que la termina llevando a la casa de los Callahan, los eternos rivales de su familia, lo cual –haciendo uso de una frase hecha- le viene como anillo al dedo para obtener todo lo que quiere. 

El motivo del viaje de Tiffany a Montana, es una boda que fue pactada antes de que su madre se fuera con ella a Nueva York para tratar de subsanar una eterna rivalidad que comenzó muchos años atrás pero que seguía en pie sólo porque ambas partes eran iguales de tozudas. Y conocer a su futuro prometido es uno de los motivos que hacen que acepte ese contratiempo y lo enfrente, para poder conocer a Hunter Callahan realmente, además de evitar a su padre, al cual no quería ver por el rencor antes mencionado.

Los personajes me parecieron estupendos debido a sus rasgos bien marcados y definidos, dejando bien en claro que Tiffany era una jovencita del Este y Hunter un muchacho del Oeste, polos tan opuestos que pueden atraerse más de lo esperado. Como pueden imaginar, esta novela trata de su historia de amor, la cual me pareció un poco rápida y poco desarrollada. A veces leer tantas reseñas o escuchar tantas recomendaciones de un autor, hace que esperemos muchísimo cuando nos atrevemos a una de sus obras y eso me sucedió con Johanna Lindsey. Esperaba más momentos románticos, más tiernos, más rosas de los que encontré a pesar de que fueron varios, intensos y perfectos. E incluso sentí que faltaban páginas. Realmente estaba pensando ¿Me salteé cincuenta páginas? ¿Qué pasó? Tal vez ese es un error que los autores suelen cometer cuando sienten que se van mucho por las ramas, cuando otros tienen el error opuesto, el de alargar lo innecesario. En este caso, me hubiera gustado leer más acerca de los encuentros de Tiffany y Hunter para saber más sobre su relación y sus sentimientos. 

La narración es muy fluida. Una oración hace que quieras leer la que sigue y es una sucesión de párrafos atrapantes que impiden que dejes el libro para ir a comer. Esta novela está dividida en capítulos cortos que hacen que la lectura sea más llevadera y amena. En mi caso, era cuestión de leer uno, terminarlo y querer leer cinco más, es por esto que lo leí en apenas dos días –que podría haber sido uno tranquilamente- y además, las descripciones no eran tediosas, sino que eran lindas y bellas de leer, eran descripciones sencillas que sin ahondar mucho en lenguaje poético me trasladaban al lugar descripto, al igual que las sensaciones y sentimientos de los protagonistas. 

Con respecto a los personajes, quiero decir que me encariñé con todos. Desde Tiffany y Hunter, a los hermanos de ellos, a sus padres y familiares, a sus empleados, los vecinos del pueblo, los malos de la historia... Me encantaron todos y cada uno de ellos -incluso los más malos- por lo bien construidos que estaban. Es algo que valoro muchísimo cuando leo, porque no es nada lindo leer sobre un personaje inconstante. 

Por ejemplo, Tiffany Warren es testaruda y quiere que todo le salga como lo planea, por eso cede frente a la presión cuando algo no sale como estaba en su mente, y es durante toda la novela así pero a su vez, hace una búsqueda interior notable que nos impulsa a quererla por sus arrebatos. 

Hunter Callahan es el típico vaquero sarcástico, irónico y sexy. Muy sexy. Caí como una tonta frente a sus encantos. Sus momentos de ternura los terminaba con alguna frase irónica o chistosa. ¡Lo odiaba y lo amaba al mismo tiempo! Pero terminé amándolo con todas mis fuerzas. Y quizás por esta razón comprendía tan bien a Tiffany y entendía sus sentimientos. 

Tengo que aclarar también que todas las incógnitas, preguntas y problemas que se fueron planteando desde el comienzo, se resolvieron de manera limpia y acertada, dando al lector toda la información que necesita para poder terminar esta novela y no sentirse estafado. 

Estaría escribiendo horas y horas acerca de esta novela porque me fascinó, amé cada una de sus páginas a pesar de algunas cosas que arriba detallé, pero si lo hago, saben que daría spoilers y conocen mi postura... 

La recomiendo si buscan una lectura fresca, ligera y sobre todo si tienen ganas de reír y enamorarse de otro personaje ficticio más...

Calificación: